EL GALARDÓN SE LE HA OTORGADO POR su incuestionable trayectoria profesional innovadora y transgresora que ha enriquecido el lenguaje del cine

El director de cine y presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, Alex de la Iglesia, ha recibido este sábado en el Festival de San Sebastián el Premio Nacional de Cinematografía 2010 de manos de la Ministra de Cultura Ángeles González-Sinde, por su «incuestionable trayectoria profesional innovadora y transgresora que ha enriquecido el lenguaje» del cine español.

El cineasta bilbaíno ha destacado la relación entre el «dolor» con la capacidad de crear y se ha mostrado convencido de que «la única manera de sacar rendimiento a una labor artística es sufriendo». De la Iglesia ha relatado su «accidentado» viaje por aeropuertos y aduanas con un perro salchicha para poder llegar a la capital guipuzcoana desde Toronto y ha asegurado que se ha tratado de un trayecto «a contrarreloj como he hecho esta película y como he vivido toda mi vida», al tiempo que ha considerado que «la premura hace que las cosas funcionen». «La falta de condiciones idóneas es algo que estimula, desgraciadamente es así, por lo menos a mí me ocurre», ha añadido.
A su juicio, «no hay manera de disfrutar si no se sufre». En ese sentido, se ha mostrado convencido de que «la única manera de poder sacar rendimiento a una labor artística es sufriendo» y se ha preguntado «cómo superarlo». «Igual no hay que superarlo, igual la clave es acostumbrarse y conseguir que las condiciones que tenemos para hacer cine, literatura, para gobernar, para convivir sea un estado no idóneo de cosas y en ese estado encontrar cómo estar cómodos», ha aseverado. El director bilbaíno ha subrayado que con su última película, ‘Balada triste de trompeta’, ha «sufrido más que nunca». «Me ha costado más que la primera y sin embargo creo que me ha quedado mejor. ¿Por qué? porque he conseguido acostumbrarme al dolor», ha afirmado.
Por su parte, la ministra de Cultura ha destacado el papel de Álex de la Iglesia al frente de la Academia así como su «clara labor a favor del consenso y acercamiento entre todos los que forman parte del cine español y de ellos con la sociedad». Tras recordar los inicios del cineasta con «los tebeos», ha apuntado que éste «hace cine sobre su portera, sobre muchas porteras, insignificantes, curas, chulos desahuciados, gente miserable y próxima». «Le han dado el premio por apocalíptico, porque ha dado con la fórmula», ha señalado González-Sinde para añadir que una de las cosas buenas del director vasco es «como plantea la salida a ese irresoluble problema que es la tensión entre arte e industria». Finalmente, ha alabado la capacidad para conformar repartos y elegir los rostros del cine español de todas las generaciones «para exprimirlos y sacar lo mejor de ellos», así como su «facilidad para hacer cine de autor para las masas».
En declaraciones posteriores tras recibir el galardón, Álex de la Iglesia ha manifestado que es «un privilegiado» por haber tenido nueve semanas para realizar su última película «cuando en una película española lo normal es que dure siete u ocho semanas si no menos». Preguntado por el motivo por el que «Balada triste de trompeta» no está en los Oscar, el cineasta bilbaíno ha asegurado que «ese rollo va de que la Academia es muy diplomática. Yo caigo muy bien, soy el presidente, estoy aquí con la ministra, me dan premios y no me han elegido para las Oscar, cosa que me molesta mucho evidentemente, pero tengo que aceptarlo y aceptarlo con alegría porque los que deciden son los miembros de la Academia y hay que llevarlo bien», ha aclarado.
Álex de la Iglesia debutó en el cine fue como director artístico en el cortometraje «Mamá» (1988), de Pablo Berger y desempeñó igual tarea en la película «Todo por la pasta» (1991), de Enrique Urbizu. Su primer cortometraje, «Mirindas asesinas» (1991), consiguió llamar la atención de Pedro Almodóvar, cuya productora El Deseo Films colaboró en el primer largometraje de De la Iglesia, «Acción Mutante» (1993). A continuación estrenó la película que le consagraría como uno de los directores más relevantes del cine español, «El día de la Bestia» (1995). Consiguió seis premios Goya entre los que destaca el premio al mejor director. Este trabajo convirtió a Santiago Segura en uno de los actores más conocidos de España y recuperó a la actriz Terele Pávez, desde entonces rostro habitual de sus películas. «Perdita Durango» (1997), «Muertos de risa» (1999), «La comunidad» (2000), «800 balas» (2002), «Crimen ferpecto» (2004) y «Los crímenes de Oxford» (2007), han sido algunas de sus películas.
Álex también ha dirigido sketches para televisión («El peor programa de la semana», de El Gran Wyoming para Televisión Española e «Inocente, Inocente», para las televisiones autonómicas) y la serie «Plutón B.R.B. Nero» (2008) también para TVE.
Ha escrito la novela «Payasos en la lavadora» (1997) y ha publicado varios ensayos en prensa. Su última película, «Balada triste de trompeta», con Antonio de la Torre, Carlos Areces, Carolina Bang, Santiago Segura, Fernando Guillén Cuervo, Terele Pávez, Raúl Arévalo o Sancho Gracia, ha ganado los premios al mejor director y al mejor guión en el pasado Festival de Venecia. Su estreno en España está previsto para diciembre proximo.